martes, 30 de marzo de 2010

Registro.


Sho miró hacia arriba. No se atrevía a dar cuenta de nada de lo que le sucedía, temía que su frágil mente humana, al ser tentada por las leyes de lo lógico le estallara en confeti. Bajando la cabeza, se frotó pacientemente los ojos pero al abrirlos nuevamente se topó con un extraño ser que lo miraba desde abajo. No lo había escuchado acercarse, simplemente había aparecido a su lado. Tenía rostro alargado y de un tono caoba, la calva de su cabeza estaba enmarcada por algunos cabellos verde claro, al igual que sus espesas cejas, la barba de chivo y dos trenzas que nacían delante de sus puntiagudas orejas de gnomo, llevaba dibujos en la piel, como inscripciones, la cual era rugosa y de un aspecto seco. El hombrecito, parecía un tótem ceñudo, si no fuera, claro, que alternaba su labio inferior de un lado a otro como única señal de vida.

En la posición en la que se encontraba no medía más de medio metro, pero, tenía unas piernas muy delgadas y desproporcionadamente largas con el resto del cuerpo, que doblaba a los lados, como una especie de sapo. En las manos, también muy extensas, llevaba un bloc de notas y una pluma moteada. Cuando sus labios se separaron para comenzar a hablar se produjo un sonido oneroso, como el de fuertes raíces siendo arrancadas de la tierra.

_ Bienvenido a la base “murciélago” de recepción de inmigrantes. ¿Es la primera vez que nos visita?_ dijo el hombrecito con una voz muy rica en matices. Sho estaba algo disperso observando las largas extremidades (estaba acostumbrado a las hadas pero nunca había visto un ser semejante), entonces su interlocutor se dio por eludido y le dedicó una penetrante mirada de disgusto.

_......si….._ contestó el muchacho cuando se percató de esto.

_Ya veo…_ y garabateó algo en el bloc_ ¿motivo de la visita?_

_Ninguno voluntario._ el hombrecillo alzó un poco las cejas.

_ ¿…Secuestro feérico, quizá?_ Sho asintió una vez. _ Por supuesto, e imagino que desea volver cuanto antes a su dimensión._ Otro silencioso asentimiento_ Pues me temo, señor, que esta base es solo de venida, no hay vuelta. Pero puede dirigirse a la base “Anaconda”, la más cercana. Claro que tengo mucho trabajo como para facilitarle las indicaciones, pregunte en la tintorería de allí._ y señaló con una de sus maratónicas extremidades una casita de madera celeste que estaba a unos metros de allí, apenas terminaba el pantano. Acto seguido alzó un poco su pequeño torso y se alejó caminando de una manera muy extraña.

Sho tomó su boina que estaba embarrada a sus pies y obligándose a no pensar comenzó a chapotear hacia la casita celeste.

3 comentarios:

  1. "No se atrevía a dar cuenta de nada de lo que le sucedía, temía que su frágil mente humana, al ser tentada por las leyes de lo lógico le estallara en confeti."
    Eso del confeti es maravilloso. ¿Viste? Te leí.

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  2. hermosa imagen la del confeti ...atrapante historia SIMBELMYNES!Felicidades!

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  3. jajajaja, que curioso, es una de las partes que mñas dude en poner, parece que tengo que confiar más en mis instintos ^^

    abrazos a todos los que leen, se los agradesco mucho.

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